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#conflitti #strategie
analisi di fase attualitÃ
La cola no mueve al perro, traducciòn di Carlos X Blanco
Israel ha bombardeado instalaciones nucleares civiles iranÃes, causando al menos 78 muertos y más de trescientos heridos, según datos que claramente parecen subestimados. Sin embargo, nadie parece conmovido por esta masacre. Al contrario, exaltan lo que se denomina una gran operación de Tel Aviv. Técnicamente puede que lo sea, pero esta gente deberÃa hundir la cara en el inodoro por su hipocresÃa y su volubilidad. Los mismos que se rasgan las vestiduras por cada misil ruso mal desviado por los cañones antiaéreos ucranianos que impacta en viviendas civiles, causando tres vÃctimas, ahora aplauden con satisfacción esta masacre. No hay lágrimas para los iranÃes, pues, incluso tienen la decencia de decirlo, se lo buscaron. Después de todo, ¿quién los obligó a intentar construir la bomba atómica? ¿Cómo se atreven a creer que pueden tener el mismo derecho que los estadounidenses o los israelÃes
analisi di fase attualitÃ
La coda non muove il cane
Israele ha bombardato i siti del nucleare civile iraniano, causando almeno 78 morti e oltre trecento feriti, secondo dati che appaiono chiaramente sottostimati. Nessuno, però, sembra commuoversi per questa strage. Anzi, si esalta quella che viene definita una grande operazione di Tel Aviv. Tecnicamente lo sarà ma costoro dovrebbero sprofondare con la faccia nel water per quanto sono ipocriti e versipelle. Gli stessi che si stracciano le vesti per ogni missile russo deviato malamente dalla contraerea ucraina che finisce su abitazioni civili causando tre vittime, ora applaudono compiaciuti per questa strage. Nessuna lacrima per gli iraniani perché, hanno anche l’impudicizia di dire, se la sono cercata. D’altronde, chi gliel’ha fatto fare di tentare di costruire l’atomica? Come osano pensare di poter disporre dello stesso diritto degli americani o degli israeliani?
Israele, che di testate nucleari ne possiede da decenni, pur senza dichiararle, non consente ad alcun osservatore internazionale di accedere ai propri siti militari e non fornisce alcuna informazione sui suoi programmi atomici. L’Iran invece lo fa perché costretta dalle circostanze ancora non del tutto favorevoli. Ma questo, evidentemente, non scandalizza nessuno. I nostri grandi analisti non si fanno scrupolo nel minimizzare lo scandalo per un vile attacco e massimizzare la portata, sanno che quei siti iraniani erano destinati alla produzione di energia e non di armi ma il sospetto e le menzogne diventano verità quando occorre. Come sempre, agli amici si perdona tutto, mentre ai nemici non si perdona nulla. Nemmeno ciò che non fanno.
Questa doppia morale è ormai insopportabile. E chi continua a blaterare di russi assassini, cinesi aggressivi o iraniani cattivi non merita alcuna considerazione. Non ho mai visto un delinquente dichiararsi colpevole. A costoro dovrebbero cadergli tutti i denti mentre la storia sputa loro in faccia. Inoltre, è tempo di dirlo chiaramente, anche agli antisemiti della stupidità , non si è mai vista una coda che muove il cane. L’attacco israeliano non solo è stato coordinato, ma organizzato dagli Stati Uniti, esattamente come gli attacchi ucraini in territorio russo.
Israele rappresenta, in Medio Oriente, il cuneo americano, ha la funzione di presidio militare e politico statunitense, utile a impedire che qualche potenza regionale non allineata possa egemonizzare l’area, promuoverne l’unione o condurla fuori dall’influenza di Washington. La reazione iraniana delle ultime ore mira proprio a dimostrare che questo sgherro americano pagherà un prezzo sempre più alto per il suo ruolo di servo degli interessi statunitensi. E arriverà il giorno, come oggi sta accadendo con l’Ucraina, in cui gli Stati Uniti combatteranno fino all’ultimo israeliano pur di difendere i propri interessi. I tempi stanno cambiando. Le cose non andranno secondo il tifo e le opinioni degli imbecilli, ma una cosa è certa: il vecchio ordine mondiale, ormai in decadenza, non sopravvivrà nella forma attuale. Ci vorrà tempo, ma il cambiamento è in corso. E accadrà inevitabilmente.
analisi di fase attualitÃ
Sólo mentiras sobre el conflicto en Ucrania, Traducción: Carlos X. Blanco
Gianni Petrosillo
Que Ucrania era un peón y rehén de los intereses occidentales se sabe al menos desde el golpe de Estado que derrocó a Yanukovych en 2014. Ese violento golpe, perpetrado a través de grupos infiltrados y manipulados por los servicios secretos estadounidenses y europeos, no dudó en reclutar a la chusma nacionalista y pseudonaziucraniana, aunque nosotros no hacemos más que condenarla. Evidentemente, solo de palabra. En realidad, la operación fue solo la última parte de un proceso mucho más largo, que comenzó tras la declaración de independencia de la URSS, cuando se lanzaron en el paÃs falsas iniciativas de desarrollo, llevadas a cabo tanto a través de programas estatales como privados (ONGs), precisamente para infiltrarse en la sociedad y la juventud ucranianas, cultivando el amor por Occidente y el desprecio por su propia historia.
Esto solo deberÃa bastar para dejar claro que los dirigentes rusos, después de más de treinta años de interferencia occidental en la nación vecina, eran perfectamente conscientes de que no habrÃa ningún levantamiento popular a su favor y que la conquista de Ucrania en tres dÃas, como afirman nuestros medios serviles y a la vez ignorantes y sinvergüenzas, era pura fantasÃa.
A esto hay que sumarle el entrenamiento militar y el suministro de armas a los distintos gobiernos de Kiev, algo que ciertamente no comenzó con la invasión de 2022. Vender la idea de que Putin estaba convencido de que podÃa derrocar a Zelenski en menos de una semana es una broma que solo unos medios corruptos hasta la médula tendrÃan el valor de difundir entre el público.
En realidad, Rusia no habÃa planeado una guerra relámpago (Blitzkrieg), sino una larga y compleja “operación especial” (de ahà su nombre), llevada a cabo con métodos diferentes y con la necesidad de evitar lo que el gobierno israelà está haciendo en Gaza contra los palestinos. Como afirmó Maquiavelo, a veces se declaran guerras, especialmente a través de una nación intermediaria, para sacrificarlas sin vacilación, no para ganar, sino para poner a prueba la capacidad de acción y resistencia del enemigo, porque el conflicto frontal no siempre es posible ni útil en circunstancias históricas particulares.
Occidente ha descubierto asà que Rusia puede defenderse de los paÃses de la OTAN y sus aliados. O mejor dicho, no completamente sola, porque el mundo no occidental, ahora más grande y organizado, incluye superpotencias nuevas o reemergentes que ya no pueden ser tratadas como parias por un orden mundial en relativo declive.
En este contexto, es evidente que nadie desea realmente la paz: Rusia no la necesita, salvo para consolidar el logro de sus propios objetivos mÃnimos (que nadie conoce con certeza, aunque los medios de comunicación y la prensa fingen saber, contribuyendo más a la propaganda que a la información). Occidente tampoco tiene interés en detener el conflicto mientras pueda consumir los recursos humanos ucranianos y obligar a los rusos a desangrarse. No es casualidad que, cada vez que se inician las conversaciones, Occidente organice operaciones disruptivas, como ataques con drones en Siberia o el sabotaje del puente de Kerch en Crimea, seguidos de represalias más o menos violentas por parte de Moscú.
Probablemente se llegará a una especie de tregua que congelará la situación. Y escenarios similares seguirán multiplicándose en el mundo, hasta que se abra un nuevo conflicto, similar a una guerra mundial. “Similar”, porque no podemos saber en qué forma se presentará este conflicto: la historia nos enseña que cada guerra global es diferente de la anterior. Basta pensar en cómo cambió radicalmente el rostro de la guerra entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial, en poco más de veinte años. Ahora, ochenta años después del último gran conflicto, quién sabe qué nos espera.
Finalmente, quienes comparan la resistencia ucraniana con las luchas partisanas nos hacen sonreÃr. En primer lugar, los partisanos no formaban parte de un ejército regular, a diferencia de los soldados ucranianos. En segundo lugar, ni esa resistencia ni esta, suponiendo que exista, fueron decisivas para el resultado final de la guerra. Las resistencias sirven más para crear mitologÃas póstumas que para cambiar realmente el equilibrio de poder en los grandes conflictos. Esto no resta valor a los hombres y grupos que llevaron y siguen llevando a cabo acciones valientes incluso contra adversidades abrumadoras.
Igualmente graciosos son quienes afirman que los ucranianos ahora odian a los rusos y nunca regresarán a lo que una vez fue su patria soviética. Los italianos somos prueba viviente de lo fácil que es amar al enemigo que bombardeó, masacró y derrotó: hoy llamamos “liberadores” a quienes ganaron la guerra y aún ocupan nuestro territorio con bases militares. Como escribió el filósofo Rensi, las personas tienden a olvidar más que a recordar, y cuando recuerdan, a menudo lo hacen mediante narrativas o reconstrucciones falsas, útiles en ciertos momentos para el poder de ciertos grupos gobernantes, pero siempre más o menos engañosas o imaginativas en esencia.
http://www.conflittiestrategie.it/solo-bugie-sul-conflitto-in-ucraina
analisi di fase attualitÃ
Solo bugie sul conflitto in Ucraina
Che l’Ucraina fosse una pedina e ostaggio degli interessi occidentali è cosa nota almeno dal golpe che nel 2014 portò alla cacciata di Yanukovic. Quel colpo di mano violento, attuato tramite piazze infiltrate e manipolate dai servizi segreti statunitensi ed europei, non esitò ad arruolare la teppaglia nazionalista e pseudonazista ucraina, nonostante da noi non si faccia altro che condannare simile gentaglia. Evidentemente solo a parole. L’operazione era in realtà solo l’ultimo tassello di un processo molto più lungo, iniziato già dopo la dichiarazione d’indipendenza dall’URSS, quando finte iniziative di sviluppo, condotte sia attraverso programmi statali che privati (ONG) vennero avviate nel Paese proprio per insinuarsi nella società e nella gioventù ucraina, coltivando l’amore per l’Occidente e il disprezzo per la propria storia precedente.
Già questo dovrebbe bastare a far capire che i vertici russi, dopo oltre trent’anni di ingerenze occidentali nella nazione vicina, erano perfettamente consapevoli che non ci sarebbe stata alcuna sollevazione popolare in loro favore e che la conquista dell’Ucraina in tre giorni, come sostengono i nostri media servili e al tempo stesso ignoranti e farabutti, era pura fantasia.
A ciò si aggiungano l’addestramento militare e la fornitura di armi ai vari governi di Kiev, che non sono certo cominciati con l’invasione del 2022. Vendere l’idea che Putin fosse convinto di rovesciare Zelensky in meno di una settimana è una barzelletta che solo media corrotti fino al midollo possono avere il coraggio di spacciare all’opinione pubblica.
La Russia, in realtà , aveva messo in conto non una guerra lampo (Blitzkrieg), ma una lunga e complessa “operazione speciale” (l’hanno chiamata così per questo), condotta con metodi differenti e con la necessità di evitare quello che invece sta compiendo il governo israeliano a Gaza contro i palestinesi. Come affermava Machiavelli, a volte si dichiarano guerre, soprattutto per interposta nazione da sacrificare senza remore, non per vincere, ma per testare la capacità di azione e di resistenza del nemico, perché il conflitto frontale non è sempre possibile né utile in particolari circostanze storiche.
L’Occidente ha così scoperto che la Russia può reggere da sola una sfida contro i Paesi NATO e i loro alleati. O meglio, non proprio da sola, perché il mondo non occidentale, oggi più vasto e organizzato, annovera nuove o riemergenti superpotenze che non possono più essere trattate da paria da un ordine mondiale ormai in relativa decadenza.
In questo contesto, è evidente che nessuno vuole davvero la pace: la Russia non ne ha bisogno, se non per consolidare il raggiungimento dei propri obiettivi minimi (che peraltro nessuno conosce con certezza, nonostante media e giornali fingano di saperlo, contribuendo più alla propaganda che all’informazione). Anche l’Occidente non ha alcun interesse a fermare il conflitto, finché può consumare risorse umane ucraine e costringere i russi a svenarsi. Non a caso, ogni volta che si avviano colloqui, l’Occidente organizza operazioni di disturbo, come gli attacchi con droni in Siberia o il sabotaggio del ponte di Kerch in Crimea a cui seguono ritorsioni più o meno violente di Mosca.
Probabilmente si giungerà a una sorta di tregua che congelerà la situazione. E scenari simili continueranno a moltiplicarsi nel mondo, fino a un nuovo scontro aperto, simile a una guerra mondiale. “Simileâ€, perché non possiamo sapere in che forma si presenterà questo conflitto: la storia insegna che ogni guerra globale è diversa dalla precedente. Basti pensare a come il volto della guerra sia cambiato radicalmente tra la Prima e la Seconda guerra mondiale, nell’arco di poco più di vent’anni. Ora, dopo ottant’anni dall’ultimo grande conflitto, chissà cosa ci aspetta.
Fa sorridere, infine, chi paragona la resistenza ucraina alle lotte partigiane. Innanzitutto, i partigiani non facevano parte di un esercito regolare, a differenza dei soldati ucraini. In secondo luogo, né quella resistenza né questa, ammesso che esista, furono determinanti per le sorti finali della guerra. Le resistenze servono più a creare mitologie postume che a spostare davvero gli equilibri nei grandi conflitti. Ciò non toglie nulla al valore di uomini e gruppi che compirono e compiono azioni coraggiose anche contro forze soverchianti.
Ugualmente fanno sorridere quelli che affermano che ormai gli ucraini odiano i russi e non torneranno mai sotto quella che un tempo fu la loro madrepatria sovietica. Noi italiani siamo la prova vivente di quanto sia facile amare il nemico che ti ha bombardato, massacrato e sconfitto: oggi chiamiamo “liberatori†coloro che hanno vinto la guerra e che ancora occupano il nostro territorio con basi militari. Come scriveva il filosofo Rensi, i popoli tendono più a dimenticare che a ricordare, e quando ricordano, lo fanno spesso attraverso narrazioni o ricostruzioni false, utili in certi tempi al potere di determinati gruppi dirigenti, ma sempre più o meno menzognere o immaginifiche nella sostanza.
analisi di fase attualitÃ
La democracia es el pueblo pateando el trasero del pueblo en nombre del pueblo, Traducción: Carlos X. Blanco“La democracia es el pueblo pateando el trasero del pueblo en nombre del puebloâ€.
Gianni Petrosillo
“La democracia es el pueblo pateando el trasero del pueblo en nombre del puebloâ€.
Carmelo Bene tenÃa toda la razón al formular este principio simple pero pasado por alto. Como toda verdad básica e inmediata, ésta es sistemáticamente subestimada. El pueblo, de hecho, se deja azotar con su propio consentimiento, atravesando cÃclicamente fases de exaltación y decepción que se repiten puntualmente en cada plazo electoral. Sea enviado a las urnas o al matadero, el pueblo reacciona siempre del mismo modo, como en Palazzo Venezia en 1940, primero gritos de alegrÃa, luego de rabia y dolor, quedando atrapado en su sumisión, expresada bajo formas nuevas y diferentes.
El pueblo es casi siempre el instrumento, rara vez el fin, de la acción polÃtica. Y no podÃa ser de otra manera. Su destino queda en manos de minorÃas que hablan en su nombre por intereses que no coinciden con su totalidad, porque su totalidad se llama nación. Son pocos y efÃmeros los momentos en la historia en que el pueblo ha sido al mismo tiempo protagonista y destinatario de transformaciones capaces de producir auténticas mejoras colectivas.
Hoy, en esta fase histórica, todas las sociedades occidentales están atravesadas por una distancia abismal entre el pueblo y la élite. Esta brecha ha generado un cortocircuito ideológico cada vez más evidente, que difÃcilmente podrá sostenerse por mucho más tiempo. Hemos desarrollado una gran capacidad para ver los defectos de los demás, pero seguimos ignorando los nuestros. Sin embargo, se acerca el momento en que tendremos que lidiar con todo un sistema de principios y valores que se muestra incompatible con los intereses reales del pueblo, sobre todo porque nuestras clases dominantes no tienen dirección o tienen muchas confundidas y desorientadas.
En el pasado, hemos observado repetidamente cómo en China la coexistencia entre el socialismo y el mercado (en la fórmula conceptual del “socialismo de mercadoâ€) era intrÃnsecamente contradictoria. Estaba claro que esta paradoja producirÃa un problema ideológico. Durante años se ha dicho que tarde o temprano China tendrÃa que abandonar ese disfraz narrativo y adoptar una escala de representaciones más coherente, no necesariamente con la realidad actual, pero al menos con lo que pretende que sus ciudadanos perciban. Esa fórmula todavÃa es válida, pero no podrá hacerlo eternamente. Ese modelo de toma de decisiones, que ha asegurado la estabilidad y el desarrollo, tarde o temprano tendrá que adoptar formas más compatibles con sus situaciones internas para no derrumbarse bajo el peso de la inconsistencia.
Lo mismo ocurre en Occidente: sin brújula ni rumbo, elogia con palabras la democracia y la participación activa de los ciudadanos, pero en la realidad trabaja para vaciarlas de significado. Está empleando toda su energÃa para socavar las narrativas cada vez más desgastadas y centenarias con las que ha convencido al pueblo para legitimar su propia subordinación.
Después de la intoxicación por la libertad, el libre pensamiento y la hiperparticipación colectiva en nombre de la democracia, hoy empezamos a argumentar que esos valores no son infinitos, que hay que regularlos, contenerlos, a veces incluso suspenderlos. Y lo hacemos y lo escuchamos cada vez más a menudo. Si recordáis, en el pasado reciente, cada vez que los partidos y los parlamentos acordaban gobiernos técnicos, en nombre de la estabilidad y de reformas impopulares de las que nadie querÃa responsabilizarse, algún polÃtico se levantaba y trataba de convencernos de que para salvar la democracia debÃamos evitar ir a las urnas. Lo dijeron abiertamente sin miedo a caer en el ridÃculo. Ahora nos dicen que hay malos enemigos ahà afuera de los cuales debemos defendernos y que por eso es necesario concentrar las decisiones en pocas manos para asegurar rapidez y cohesión decisional.
En esencia, nos están diciendo que debemos comenzar a parecernos a lo que una vez condenamos en nuestros oponentes. Todo, por supuesto, siempre en nombre de la libertad y de la democracia, incluso si esos valores, a estas alturas, no tienen nada que ver con las opciones que pretendemos tomar. Para que quede claro, asà es como nuestros hipócritas politólogos, sin dar nombres, tan intercambiables son en su inutilidad servil, plantean la pregunta:
“¿Cuál es el equilibrio entre la necesidad legÃtima de que un gobierno electo represente la voluntad de los votantes y cumpla las promesas hechas, y la necesidad igualmente legÃtima de que, en nombre de la voluntad popular, no se distorsione el complejo tejido de un régimen democrático moderno?”
Parafraseándolo de otra manera para el hombre común: el gobierno del pueblo puede prescindir del pueblo, en nombre del pueblo, si a éste se le meten ideas equivocadas en la cabeza.
La democracia sin pueblo (y sin democracia) se quita la máscara y se revela como lo que es: una autocracia como todas las demás. Porque, ya sea una dictadura declarada o un régimen liberal, siempre son las élites las que deciden. Lo único que cambian son los mecanismos mediante los cuales logran arrastrar al pueblo consigo en las cuestiones nacionales. Asà que después de décadas de tonterÃas vienen muchas contraórdenes: armémonos, apuntemos y disparemos contra los presuntos enemigos que están en las puertas incluso si el CO2 aumenta. Pero nunca te aventures a viajar a las ciudades con los antiguos coches diesel o de gasolina. Tengan cuidado cuando hablan de mujeres, de género y de sexos, pero disparen contra todos los palestinos, mujeres, ancianos y niños. Debemos salvar a los ucranianos y no importa si sus lÃderes son pseudonazis que persiguen a minorÃas de todo tipo. Aquà está el cortocircuito.
Incluso la llamada democracia, al igual que el socialismo de mercado, no puede sobrevivir durante mucho tiempo simplemente ajustando las definiciones. Tarde o temprano, se verá llamada a elegir recurriendo cada vez a menos sutilezas. Los adjetivos ya no serán suficientes para distinguir modelos y autorrepresentaciones que ya no corresponderán a todo aquello con lo que nos han mentido hasta ahora.
Por ejemplo, hablamos de democracias cada vez más iliberales, en un conflicto semántico y polÃtico cada vez más abierto. El oxÃmoron en sà mismo es bastante ridÃculo. La América de hoy, que un dÃa era considerada el modelo democrático por excelencia, desde que Trump está en el poder, está siendo comparada con las llamadas democracias iliberales.
Pero entre estos y los regÃmenes autoritarios, que siempre definimos como tales, en referencia a Rusia o China, las diferencias son sobre todo procesales o terminológicas. La sustancia, en cambio, empieza a estandarizarse con diferencias cualitativas que benefician a las llamadas dictaduras donde la gente vive con mayor implicación.
El pueblo, por supuesto, difÃcilmente despertará. Pero cuando empiece a recibir golpes más duros incluso en las democracias “iliberalesâ€, tal vez se arrepienta de no haber elegido directamente regÃmenes abiertamente autoritarios, pero mejor gestionados, que no pierdan el tiempo en hacer lo contrario de lo que dicen y decir lo contrario de lo que hacen, diciendo y haciendo todo peor.
Traducción: Carlos X. Blanco
analisi di fase attualitÃ
“La democrazia è il popolo che prende a calci in culo il popolo su mandato del Popolo.â€â€œLa democrazia è il popolo che prende a calci in culo il popolo su mandato del Popolo.â€
Carmelo Bene aveva perfettamente ragione nel formulare questo principio tanto semplice quanto trascurato. Come ogni verità basilare e immediata, anche questa viene sistematicamente sottovalutata. Il popolo, infatti, si lascia frustare con il proprio consenso, attraversando ciclicamente fasi di esaltazione e delusione che si ripetono puntuali a ogni scadenza elettorale. Che venga mandato alle urne o al macello, il popolo reagisce sempre allo stesso modo, è quello di Palazzo Venezia nel 1940, prima urla di gioia, poi di rabbia e dolore, restando intrappolato nella sua sottomissione, declinata in forme nuove e diverse.
Il popolo è quasi sempre strumento, raramente fine dell’azione politica. E diversamente non potrebbe essere. Il suo destino resta nelle mani di minoranze che parlano in suo nome per interessi che non coincidono con la sua totalità , perché la sua totalità si chiama nazione. Sono pochi, e di breve durata, i momenti nella storia in cui il popolo è stato al tempo stesso protagonista e destinatario di trasformazioni capaci di produrre reali miglioramenti collettivi.
Oggi, in questa fase storica, tutte le società occidentali sono attraversate da una distanza ormai abissale tra popolo ed élite. Questo divario ha generato un corto circuito ideologico sempre più evidente, che difficilmente potrà essere sostenuto ancora a lungo. Abbiamo sviluppato un’acuta capacità di vedere i difetti degli altri, ma continuiamo a ignorare i nostri. Eppure si avvicina il momento in cui dovremo fare i conti con un intero impianto di principi e valori che si sta rivelando incompatibile con gli interessi reali delle persone, tanto più che le nostre classi dirigenti non hanno una direzione o ne hanno molte confuse e disorientanti.
In passato, più volte abbiamo osservato come in Cina la coesistenza tra socialismo e mercato (nella formula concettuale del “socialismo di mercatoâ€)fosse intrinsecamente contraddittoria. Era evidente che tale paradosso avrebbe prodotto un inghippo ideologico. Per anni si è detto che prima o poi la Cina avrebbe dovuto abbandonare quel travestimento narrativo e adottare una scala di rappresentazioni più coerente, non necessariamente con la realtà effettiva, ma almeno con ciò che intende far percepire ai propri cittadini. Quella formula regge ancora, ma non potrà farlo in eterno. Quel modello decisionista, che ha assicurato stabilità e sviluppo, dovrà prima o poi adottare forme più compatibili con le proprie situazioni interne per non collassare sotto il peso dell’incoerenza.
Lo stesso discorso vale per l’Occidente: privo di bussola e di rotta, esalta a parole la democrazia e la partecipazione attiva dei cittadini, ma nei fatti lavora per svuotarle di significato. Impiega tutte le sue energie a depotenziare narrazioni secolari, sempre più logore, con cui ha convinto il popolo a legittimare la propria subordinazione.
Dopo l’ubriacatura di libertà , libero pensiero e iperpartecipazione collettiva nel nome della democrazia, oggi si comincia a sostenere che quei valori non siano infiniti, che vadano regolati, contenuti, a volte persino sospesi. E lo si fa e sente sempre più spesso. Se vi ricordate, nel recente passato, ogni volta che partiti e parlamenti si sono accordati per Governi tecnici, in nome della stabilità e di riforme impopolari di cui nessuno voleva assumersi la responsabilità , si è alzato qualche politico a cercare di convincerci che per salvare la democrazia si doveva evitare di andare al voto. Lo dicevano apertis verbis senza tema di cadere nel ridicolo. Ora ci raccontano che là fuori ci sono nemici cattivi da cui difendersi e che per questo occorra concentrare le decisioni in poche mani per garantire prontezza e coesione decisionale.
In sostanza, ci stanno dicendo che dobbiamo cominciare ad assomigliare a ciò che un tempo condannavamo nei nostri avversari. Tutto, ovviamente, sempre in nome della libertà e della democrazia, anche se quei valori, ormai, non c’entrano più nulla con le scelte che si intendono compiere. Per intenderci, ecco come i nostri ipocriti politologi, senza fare nomi, tanto sono intercambiabili nella loro inutilità servile, pongono la questione:
“Qual è il punto di equilibrio tra la legittima esigenza di un governo eletto di rappresentare la volontà degli elettori e di mantenere le promesse fatte, e l’altrettanto legittima esigenza che, in nome della volontà popolare, non si stravolga la trama complessa di un regime democratico moderno?â€
Riformulando per le persone semplici: il governo del popolo può fare a meno del popolo, in nome del popolo, se il popolo si mette in testa idee sbagliate.
La democrazia senza popolo (e senza democrazia) si toglie la maschera e si rivela per quello che è: un’autocrazia come tutte le altre. Perché, che si tratti di dittature dichiarate o di regimi liberali, sono sempre le élite a decidere. Cambiano solo i meccanismi con cui riescono a trascinare con sé il popolo nelle questioni nazionali. Arrivano dunque tanti contrordini dopo decenni di scemenze, armiamoci, puntiamo e facciamo fuoco sui presunti nemici alle porte anche se sale la C02. Però mai sia ad avventurarsi nelle città con auto diesel o benzina di vecchia concezione. Attenti a come parlate di donne, genere, sessi ma sparate su tutti i palestinesi, donne, vecchi e bambini. Dobbiamo salvare gli ucraini e pazienza se i loro leader sono pseudo nazisti che perseguitano minoranze di ogni genere. Ecco il cortocircuito.
Anche la cosiddetta democrazia, come il socialismo di mercato, non potrà cavarsela a lungo solo con l’aggiustamento delle definizioni. Sarà chiamata, presto o tardi, a scegliere ricorrendo a sempre meno sottigliezze. Non basteranno più gli aggettivi per distinguere modelli e autorappresentazioni che non corrisponderanno più a tutto quello che ci hanno fin qui insegnato, mentendo.
Si parla, ad esempio, di democrazie sempre più illiberali, in un conflitto semantico e politico sempre più scoperto. L’ossimoro è già di per sé abbastanza ridicolo. L’America di oggi, che un tempo era considerata il modello democratico per eccellenza, viene ora, da quando governa Trump, accostata alle cosiddette democrazie illiberali.
Ma tra queste e i regimi autoritari, che da noi vengono sempre definiti come tali, in riferimento a Russia o Cina, le differenze sono perlopiù procedurali o terminologiche. La sostanza comincia invece ad uniformarsi con differenze qualitative che vanno a vantaggio delle sedicenti dittature dove si vive con più coinvolgimento.
Il popolo, ovviamente, difficilmente si sveglierà . Ma quando comincerà a prendere bastonate più sonore anche nelle democrazie “illiberaliâ€, forse rimpiangerà di non aver scelto direttamente regimi dichiaratamente autoritari, ma meglio gestiti che non perdono tempo a fare il contrario di quello che dicono e a dire il contrario di quello che fanno, dicendo e facendo tutto peggio.
analisi di fase attualitÃ
Lanciata la sfida cruciale al reale e al soprannaturale, di Oronzo Mario Schena
https://it.euronews.com/my-europe/2025/05/21/mattarella-a-bruxelles-von-der-leyen-sempre-lavorato-per-italia-al-centro-dellunione
“Ci troviamo a dover colmare con urgenza i ritardi accumulati nel corso di decenni in cui gli Stati membri non hanno saputo convergere su scelte condivise per rafforzare la capacità di difesa comune“, l’ha detto il presidente Sergio Mattarella ai commissari Ue.
La politica di sicurezza e difesa comune “non può non essere adeguatamente sviluppata. È, quest’ultima, una sfida cruciale per una Ue che voglia affermarsi quale soggetto geopolitico capace di incidere su scala planetaria: un attore globale deve saper governare sfide strutturali di portata globale, stabilendo rapporti strutturati e proficui con tutti i Paesi del mondo”.
La politica di sicurezza e la difesa comune non possono non essere adeguatamente sviluppate e mi raccomando lavorate con responsabilità e concretezza e “nessun dormaâ€.
°°°°°
Nella realtà , però, e non nel mondo irreale, è proprio quel “non possono non essere adeguatamente sviluppate†che andrebbe adeguatamente dimostrato a conferma della sua presunta tragica e fatale ineluttabilità , pena librarsi nell’etere della pura demenza e perdere il ranno e il sapone. Ad un primo, superficiale esame, l’appello lanciato dal Presidente Mattarella, ovvero il “nessun dormaâ€, potrebbe anche sembrare l’urlo di chi è giunto all’ultima spiaggia, o forse dev’essere un urlaccio alla Heidegger, che non amiamo neppure un po’, Martin direbbe che è: “il richiamo che l’Essere manda a se stesso in silenzioâ€! perché è il momento di svegliarsi e costruire davvero un’Unione Europea. È arrivata, dunque, l’ora del “riarmo†(…Von der Leyen ha detto a Mattarella: Risponderemo al suo “Nessun dormaâ€). Insomma, saremmo ad una pacchiana presa per i fondelli, o al gioco delle tre carte, faccia pure Lei, visto che è Lei Presidente a regalare, urbi et orbi, il suo abituale minestrone, dove, mentre lo si manda giù ci trovi la pace e la guerra, stretti stretti, abbracciati, frullati insieme, con gli occhi dentro agli occhi. Insomma Presidente, Lei ha sfidato in un colpo solo il reale e il soprannaturale. Ed allora, per una volta ancora, vorrà dire che abbiamo capito fischi per fiaschi. Lei avrà pensato, o forsanche detto, “nessun dormaâ€! che è poi una raffinata forma di tortura, la quale richiede davvero, perché una possa resistere, dei poteri soprannaturali! Ma lei, invece, voleva dire “ciascun dormaâ€, espressione questa sì che sarebbe stata in perfetta sintonia con tutto il resto del Suo discorso, o, per dire meglio con l’anima del suo discorso.
Infatti Lei chiede il riarmo perché “I cittadini europei sono spaventati dalle guerre fino ai nostri confiniâ€. “More solitoâ€, il Presidente dimentica, eppure ha portato con sé il Tajani, non si sa se come dama di compagnia, o… o come mazza di scopa. Perché il Tajani non dà allora un pizzicotto al Presidente che si è addormentato e si è avventurato in un territorio fiabesco dove spadroneggia la tematica del soprannaturale? In questo territorio, “ovviamenteâ€, è impossibile distinguere ciò che è vero nella realtà da ciò che è falso. Che pozioni avrà bevuto il Presidente di lacrime di sirene, distillate da alambicchi sporchi dentro come l’inferno/somministrando paure alle speranze e speranze alle paure/sempre perdendo quando si vedeva vincere? Rigonfi come siamo di missili targati USA, a spaventarsi, invero, dovrebbero o essere i nostri confinanti.
Non sappiamo se il Presidente Mattarella vorrà concorrere per l’attribuzione del prossimo premio Nobel per la pace. Certo il Presidente degli USA Obama guadagnò il Nobel per la pace, con “soli†sette paesi bombardati durante la sua presidenza (Afghanistan, Libia, Somalia, Pakistan, Yemen, Iraq, Siria). Qui lasciateci condividere, dunque, le preoccupazioni di Mattarella, che ai tempi della guerra del Kosovo 1999, ha soltanto ricoperto l’incarico di Ministro della Difesa!  La carenza dei suoi titoli è pertanto evidente! Ma il suo era un piccolo, povero Paese! E, dunque, Presidente, vorremmo rispettosamente farle osservare, anche se Lei non mostra quel rispetto verso di noi raccontando al popolo italiano favole ben più incredibili di quella di Ch. Perrault – la Barbe-bleue, dove Barbe-bleue potrebbe essere l’allegoria di Putin, brutto e cattivo e assetato di sangue umano, mentre sarebbero belli e buoni ed educati tutti gli altri governanti, pur se schiaffeggiano la loro consorte:
“C’era una volta un uomo che aveva belle case in città e in campagna, vasellame d’oro e d’argento, mobili con stoffe ricamate e carrozze tutte dorate; ma per disgrazia aveva la barba blu. Ciò lo rendeva così brutto e così terribile che non c’era né donna né ragazza che non scappasse via alla sua vistaâ€
Ch. Perrault – la Barbe-bleue:  Se il difetto di Barbe-bleue fosse stato quello di essere zoppo o gobbo o altro, cose assai sgradevoli ma perfettamente naturali, niente avrebbe potuto essere detto diversamente da così; ma in questo caso è la soprannaturale barba blu a essere equiparata ad altri possibili difetti fisici, in mancanza di qualunque enfasi. Più sottolineato ma identico è il procedimento di attenuazione del soprannaturale che riscontriamo quando si parla del destino che tocca alle mogli di Barba-bleue: “Ciò che le respingeva (le donne) pure, è che egli aveva già sposato molte donne, e non si sapeva che ne fosse stato di loroâ€. C’è tanto soprannaturale e orrore dietro queste parole, ma sia l‘uno che l’altro non possono essere preannunciati in modo meno drammatico di così. Osserviamo gli stessi fenomeni se torniamo, ancora una volta a La belle au bois dormant. Dopo che sono trascorsi cento anni, finalmente il principe azzurro si inoltra nel bosco per andare a risvegliare la principessa, e nota che “tutti quei grandi alberi quei rovi e quelle spine si fecero da parte da soli per lasciarlo passare†ma che subito essi si richiudono “non appena lui era passatoâ€. Si tratta di un fenomeno prodigioso, ma tutto quel che ci viene detto “è che ciò lo sorprese un pocoâ€. Dietro questa e altre minimizzazioni intuiamo sempre il sorriso del razionalista cartesiano.
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Lukà cs e l’allegoria del capitalismo: Nei suoi studi sul “Faust†Lukà cs ha scritto pagine molto interessanti a partire dall’idea che la magia funzioni come un’allegoria del capitalismo. Basti pensare ai versi in cui prima Mefistofele dichiara che parrucche e zoccoli non rendono diverso un uomo (Mefistofele: “Mettiti in testa parrucche con un milione di riccioli, mettiti i tuoi piedi su zoccoli alti un braccio, tu resti comunque sempre quello che seiâ€)
Se io posso pagare sei stalloni/ le loro forze non diventano forse le mie?/ Corro e sono un uomo giuso,/ come se avessi ventiquattro gambe.
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Manoscritti economico-filosofici di Marx (153-54):
Se pagando un oggetto o un animale io li compro, è come se automaticamente entrassi in possesso anche delle loro caratteristiche, che dunque a tutti gli effetti diventano mie. È in ballo, in altri termini, proprio il potere del denaro, e a questo punto capiamo perché esso costituisca il nuovo soprannaturale moderno: perché proprio come la magia è in grado di conferire agli uomini forze e caratteristiche del tutto inaspettate. La stessa idea la ritroviamo, non a caso, evidentemente ispirato al Faust dei Manoscritti economico-filosofici di Marx:†io sono brutto, ma posso comprarmi la più bella tra le donne. E quindi io non sono brutto, perché l’effetto della bruttezza, la sua forza repulsiva, è annullata dal denaro. Io considerato come individuo, sono storpio, ma il denaro mi procura ventiquattro gambe; quindi non sono storpio. Io sono un uomo malvagio, disonesto, senza scrupoli, stupido; ma il denaro è onorato, e quindi anche il suo possessore. (…) Forse che il mio denaro non trasforma tutte le mie deficienze nel loro contrario (p. 153-54)?
Non bisogna certo pensare che la magia come allegoria del capitalismo esaurisca tutte le valenze di significato del Faust, poiché naturalmente la gamma di significati di quest’opera è di certo più sfumata; resta il fatto che molti passi del testo vanno in tale direzione e confermano un’interpretazione in questa chiave. Del resto, in un passo decisamente metalinguistico, Goethe strizza l’occhio per un momento al lettore egli fa percepire distintamente il suo punto di vista d’autore, confermando che ci troviamo davanti a un modo di trattare il soprannaturale del tutto nuovo. Una strega, rimproverata con asprezza da Mefistofele poiché non è stata capace di riconoscerlo come diavolo, risponde: “O signore perdonatemi questo rozzo saluto! Pure io non vedo nessun piede di cavallo/ e dove sono i vostri due corvi?â€
La strega non riesce a riconoscere il diavolo dal momento che egli non porta i suoi tradizionali attributi (corvi e piede di cavallo), e questo accade perché nel frattempo il mondo è cambiato Mefistofele: “per questa volta te la cavi così/poiché in effetti è già un bel pezzo/ che non ci siamo vistiâ€: Un diavolo così colto e intelligente – che è allegoria di qualcos’altro – deve stare al passo coi tempi, e liberarsi di tutto quell’apparato. E infatti Mefistofele risponde così: “e quanto al piede di cui non posso fare a meno presso a gente mi nuocerebbe/perciò mi servo, come fanno molti giovanotti/da molti anni di falsi polpacciâ€. Quest’ultima affermazione conferma le interpretazioni allegoriche avanzate da Marx e da Lukacs, perché si suggerisce che persino il diavolo, nei tempi attuali, deve saper rinunciare agli artigli e alla coda, per modernizzarsi con dei falsi polpacci alla moda: è come se Mefistofele avvertisse il lettore di non commettere l’errore di prenderlo per un diavolo tradizionale, quando ormai lui è in effetti tutt’altra cosa.
In definitiva, se dovessimo descrivere come funziona questo nuovo tipo di soprannaturale, diremmo che gli aneliti e le insoddisfazioni, le sofferenze e i sogni del protagonista, che di per sé non hanno nulla di soprannaturale, vengono proiettati nelle situazioni e figure di una leggenda medievale in modo tale che quelle inquietudini esistenziali risultino in qualche modo “soprannaturalizzateâ€. A loro volta quelle istanze rimandano – tramite i personaggi di Faust e di Mefistofele – a una profonda e radicale trasformazione storica, che anche se in sé non ha niente di magico, sta in effetti mutando la faccia del mondo. Ripetiamolo: Goethe identifica genialmente l’essenza soprannaturale e distruttiva di Mefistofele con gli aspetti distruttivi di una volontà di rinnovamento così poco tradizionale qual è incarnata da Faust. Resta però vero che, anche se qui il soprannaturale rinvia a qualcos’altro, esso rimane forte e impressionante, tale da suscitare il coinvolgimento del lettore e dunque un notevole credito. Tale constatazione ci pone davanti a un nuovo statuto fondato proprio da Goethe e che avrà lungo tutto l’Ottocento un numero, certo limitato ma significativo, di espressioni.
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(tratto da “Eros e Conoscenza – Lettere 1912-1936†S. Freud e L.A. Salomé – Bollati Boringhieri, p. 17):
“Vienna 25 novembre 1914 — Cara signora, dato che una lettera da Vienna a Gottinga impiega attualmente sei giorni ad arrivare, credo di poterle rispondere senza apparirLe invadente. L’estratto che Lei desidera viaggia senza dover passare per la censura, e dev’esserLe già arrivato.
Quanto Lei scrive mi incoraggia a unire la mia voce alla Sua. Non ho dubbi che l’umanità riuscirà a rimettersi anche da questa guerra; tuttavia so per certo che né io né i miei contemporanei rivedremo mai più un mondo felice. Tutto è troppo orribile; ma quel che è più triste è che tutte le cose vanno esattamente come avremmo dovuto immaginarle in base a quanto le attese suscitate dalla psicanalisi ci hanno insegnato sugli uomini e sul loro comportamento. È questo atteggiamento nei confronti del genere umano ad avermi sempre impedito di condividere il Suo sereno ottimismo. Nel segreto del mio animo ero giunto alla conclusione che, se ravvisiamo nella nostra civiltà attuale, che è di tutte la più elevata, soltanto una gigantesca ipocrisia, è evidente che non siamo organicamente idonei per questa civiltà . Non ci resta che abdicare, e il Grande Sconosciuto, persona o cosa, che si nasconde dietro al Fato, ripeterà in futuro l’esperimento con un’altra razza. So che la Scienza è morta solo in apparenza; l’umanità sembra invece essere morta davvero. È consolatorio pensare che il nostro popolo tedesco sia stato quello che meglio s’è comportato in queste circostanze; forse perché è sicuro della vittoria. Il commerciante prima della bancarotta, è sempre un imbroglione.
I nostri mercoledì, cui Lei ha tolto valore affermando che in altri tempi non vi sarebbe mancata, adesso hanno luogo solo due volte al mese.
Si svolgono nella tranquillità e in modo un po’ superficiale. Molti ne sono tenuti lontani dalle loro incombenze, alcuni sono assenti del tutto. Io lavoro in segreto a qualcosa di voluminoso e, forse, anche ricco di contenuto, dopo circa due mesi di paralisi il mio pensiero sembra tornato a spaziare liberamente, e sento con molta chiarezza che la mia mente si è ben riposata.
Due dei miei figlioli sono sotto le armi, entrambi ancora in fase di istruzione come artiglieri in città di provincia.
La saluto cordialmente e penso con piacere che a guerra finita il bisogno di vederci sarà incontenibile.
Suo devoto Freud
                                                          Â
29 maggio 2025
analisi di fase attualitÃ
¿En qué punto se encuentra Europa? Di Carlos X. Blanco
El punto en el cual nos encontramos es este. La Unión Europea se ha quitado la careta. O más bien, Trump se la ha arrancado de malas maneras. La Unión Europea no es otra cosa que el tinglado burocrático y el centro de poder opaco de las élites nativas que habÃan heredado la tutela norteamericana, a la cual se sometieron tras la derrota colectiva del “Viejo†Continente, con la consiguiente la ocupación militar y “protección†por parte del “Nuevo†Occidente, los EUA. La UE es la subordinación colonial de Europa a los Estados Unidos. La novedad hoy es estremecedora: somos colonia de usar y tirar. Estamos amortizados.
Al quitarse la careta, con insospechados brÃos belicistas, la Unión Europea reveló su horrible y auténtica faz. El proyecto auroral de un mercado común europeo dado entre un núcleo selecto de paÃses fundadores, que traerÃa (y trajo) ventajas ostensibles a los mismos, sin una aparente renuncia a la soberanÃa nacional, con abstracción de susometimiento a la potencia yanqui ganadora y ocupante, evolucionó de muy mala manera. La ampliación hacia el sur (Mediterráneo) fue despótica. PaÃses como España entraron en tan distinguido club poniéndose de rodillas, es decir, desmantelando su industria y su campo (abandonando su posición de 9ª potencia económica mundial). Felipe González consiguió lo mismo que han conseguido todos los traidores a esta nación (que son legión): agradar a los “socios†europeos a cambio de hipotecar el futuro productivo de la nación. Además, el ingreso en la Comunidad (y después Unión) Europea vino condicionado por un ingreso paralelo en la OTAN, lo cual habla bien a las claras de todo cuanto habÃa detrás de la llamada “construcción europeaâ€. En realidad era la unión militar-imperial de todos los peones bajo un único e incuestionado caudillaje norteamericano.
Los paÃses del sur europeo fueron tratados a la baqueta en las siguientes décadas. Considerados dÃscolos desde todos los puntos de vista, los propios de un neoliberalismo protestante hegemónico en el norte, y hermanado con el capitalismo de Biblia y rifle de los EUA, se difundió desde Bruselas (y Alemania y Francia) la especie de que no habrÃa verdadera construcción europea sin austeridad. Siempre la austeridad para oprimir y saquear a los pueblos.
El mismo déficit que hoy van a permitirse para construir juguetes de guerra contra Putin, quedó absolutamente prohibido en años de “rescate†para España, Portugal, Italia y Grecia. El caso griego es el ejemplo perfecto de una “unión†letal para un pueblo, unirse a quien te quiere destrozar: los griegos bajo poder alemán no habrÃan estado mucho peor bajo la situación de una “unión†forzada en un renacido imperio turco. La crisis moral, y no ya solo económica, de la nación alemana deberá analizarse en profundidad, casi recurriendo a un psicoanálisis colectivo. La despótica austeridad de la llamada gobernanzagermana, ejercida con saña sobre los griegos y otras naciones rescatables, solo puede comprenderse a partir de la derrota de los nazis en 1945. Los alemanes hicieron de capataces del amo yanqui.
La compensación freudiana de la impotencia germana en materia militar a partir de 1945, tenÃa que realizarse a través de la economÃa, de un desarrollo industrial renovado. Grandeza medida en marcos (después, euros), con bienestar económico interno y máxima productividad, con exportación de manufacturas. Esto ya no existe hoy. Pues es evidente que los últimos años son años de tornas cambiadas.
Alemania “compensada†económicamente a cambio de la tutela ideológica yanqui y autocastración militar ¿seguimos en esta tónica? En absoluto, el eunuco ya no sirve para nada. El eunuco alemán quiere ponerse una prótesis. Contra Rusia no puede hacer nada. De manera harto peligrosa nos encaminamos hacia el polo opuesto: contracción económica del paÃs germano y rearme. La ecuación, tratándose del paÃs del que se trata, es muy peligrosa y nos trae funestos recuerdos.
Pero con todo y con eso, hay un elemento que permanece constante: la pretendida tutela germana sobre los “dÃscolos†del sur. Desde los mismos inicios del Plan Marshall, el paÃs salido de las ruinas de la guerra mostró, de nuevo, su condición de Ave Fénix. Las cenizas servÃan para que este pájaro de mal agüero volviera a erigirse en imperio subcontinental, en “capataz†al servicio del amo americano. La reconstrucción milagrosa de Alemania y su centralidad para la dinámica de las naciones europeas son efectos que responden a varias causas: la ayuda americana fue siempre una ayuda condicionada (“lidera Europa pero quienes mandamos realmente somos nosotrosâ€, podrÃa ser la consigna yanqui que les dieron hasta hace poco). Sin duda, a ello ayudó mucho la enorme capacidad intelectual y laboral de esta nación, encomiables, pero sometida casi siempre a gobernantes ineptos.
El pequeño imperio alemán, ayudado por los pequeños napoleones franceses y el tinglado creado por Washington, la UE, lograron engatusar a las élites polÃticas, financieras y, en general, extractivas de las naciones de la Europa occidental. Ganar en progreso material y ganar la partida a los comunistas del Este parecÃan ser objetivos dotados de justificación suficiente, la axiologÃa mÃnima para crear lo que Andrés Piqueras llama “Imperio occidentalâ€, proyecto que consistió, en realidad, en la extensión del imperialismo yanqui y sionista, aprovechándose de la ocupación de su parte occidental.
Pero los servicios secretos americanos debÃan saber, desde bien pronto, que la parte comunista estaba carcomiéndose. La prolongación existencial de la OTAN una vez caÃda la URSS y una vez derrumbado el socialismo de muchos de sus satélites, los cuales corrieron a buscar neoliberalismo y otras duchas de “occidentalismoâ€, dejó de contar con justificación alguna. Siguió existiendo la OTAN en ausencia de un Pacto de Varsovia, la organización militar supuestamente equivalente. Con una Rusia yeltsiniana en descomposición evidente, entregada a los buitres norteamericanos que se hacÃan dueños del paÃs en alianza con las mafias locales, no tenÃa sentido alguno el empeño de mantener a Rusia bajo tal grado de vigilancia geoestratégica.
Lejos de una incorporación formal (institucional y militar) a Occidente, el imperialismo de Washington persistió en su polÃtica de cerco al Este, de cerco al Oso Ruso y utilizó descaradamente a muchos paÃses de la antigua órbita soviética (cuando no, escisiones de la URSS) como arietes. He aquà que la ampliación de la UE corrió pareja con la extensión de la OTAN, como asà fue en el caso español. Solamente habrÃa que matizar que estos paÃses del Este entraron en estas instituciones atlantistas y neoliberales con unas prisas inauditas, sin las exigencias de “reconversión†que tan duramente se sufrieron en España. Fueron incorporaciones exclusivamente geoestratégicas, ordenadas bajo una lógica militar, no bajo la lógica racional de una sociedad económica que beneficia a todas las partes asociadas: anfitriones y recién llegados.
Lo mÃnimo que se puede decir de la UE actual es que ella se encuentra, como se dice ahora, “tensionadaâ€. Han estirado mucho esta vieja goma del europeÃsmo, y la goma puede romperse en cualquier momento. Una ampliación indefinida de “paÃses miembro†acaba por retirarle todo sentido al proyecto fundacional, y no porque esos paÃses no sean “Europaâ€: lo son mucho más que Israel, Marruecos o TurquÃa, que –haciendo cuanto les viene en gana (siguen siendo soberanos, a fin de cuentas)- cuentan no obstante con la cobertura occidental y gozan de más ventajas económicas que los propios socios del Sur Mediterráneo, supuestos miembros de pleno derecho.
Rusia misma es el corazón de Europa y sin ella, nuestro “Viejo†Continente no puede tener futuro ni razón de ser. Lo que ocurre es que esas incorporaciones se han hecho con el único objetivo militar de estrangular a un paÃs gigantesco en recursos y territorio (aunque mediano en población, si bien es relativamente un gigante en comparación con los microestados de Occidente). La “liga†anti-rusa está condenada al fracaso, y los lastres asumidos por la UE, ahora sÃ, con la careta arrebatada impúdicamente por Trump, son excesivos.
La pérdida del llamado “Estado del Bienestar†en esta parte del mundo, sometidos como estamos a polÃticas económicas belicistas, austeras y liberticidas, incluirá una pérdida moral en los dos grandes sentidos que esta palabra posee en castellano: “moral†como fuerza o ánimo para seguir en la lucha por la existencia, y moral como marco axiológico en el que un enjambre de pueblos afines –aunque también muy diversos- quisieron compartir un ideario de “Paz Perpetuaâ€.
Los neokantianos socialistas o liberales que invocan la “dignidad del hombre†(y de la mujer y de los ciento y pico “génerosâ€), asà como la resolución negociada de los conflictos en una confederación de naciones libres, resucitan a un ilustrado ya momificado desde inicios del siglo XIX, y recuerdan demasiado a esos curas que atronaban –en tiempos de mi abuelo- en contra la fornicación desde los púlpitos. Ningún cura terminó con la fornicación con sus prédicas, y ninguna Europa será ya creÃble moralmente desde los últimos movimientos respecto a Ucrania y Gaza, aunque se invoque a Kant. Ese Occidente sin careta, esclavo de los EUA, masoquista que no sabe vivir sin amo, no es referente moral para nadie. No solo no condena de forma viril y clara la violencia sionista y norteamericana, sino que se arrastra por el fango tratando de no “mancharseâ€, lo cual no deja de ser paradoja patológica.
Estamos hablando de una Europa que ha reunido todas las condiciones para su centrifugación. Si no queremos entrar en una espiral del desastre, es fundamental que por mera cuestión de supervivencia los pueblos que vivimos sometidos a esta prolongación de la dominación yanqui, llamada OTAN-UE, nos organicemos bajo el signo del pluralismo y el respeto mutuo y construyamos una Unión Paralela, basada en la desobediencia activa, en la obstrucción de todas las ideas globalistas o neoliberales agitadas como bandera y tomadas como estrella-guÃa.
El punto capital de arranque es la oposición al rearme. Es crucial manifestar una oposición radical y firme al aumento del gasto militar en nuestras naciones. De igual modo, es preciso reactivar todas aquellas medidas que conduzcan a un refortalecimiento de la soberanÃa e identidad de los pueblos sometidos a la tiranÃa de Bruselas, la cual es, en el fondo la dictadura imperial de Washington.
analisi di fase attualitÃ
Poder, traducción Carlos X. BlancoPoder
Conflitti&Strategie
Lenin sostuvo que la democracia es el mejor caparazón para la dictadura burguesa. No se equivocó para su época, y no nos equivocarÃamos hoy al afirmar que es la mejor cáscara de la dictadura, sin más. Para ser más precisos, las llamadas democracias, mientras revolotean en un cielo de verbosa superioridad, se revuelcan en el barro. A menudo invisibles o visibles sólo cuando no podemos prescindir de ellos.
Es innegable que utilizan herramientas probadas y comprobadas para canalizar el consenso y el disenso, encontrando su máxima expresión en la competencia electoral, cada vez más parecida a un torneo de fútbol. Pero no es sólo eso. El sistema puede contar con la acción de numerosos órganos intermedios, agregaciones de diversos tipos y naturalezas, estructuradas oficialmente y no, que simulan formas participativas e inclusivas, destinadas a modular y modelar todo conflicto social. Un conflicto que, para ellos, nunca debe desembocar en la violencia ni en el terror, sino que debe tomar una forma dialógica y conciliadora de intereses (coincidentes o no demasiado diferentes de los suyos, aunque revestidos del disfraz de lo compartido asà como de civilidad).
Existe un perÃmetro bien definido, pero no estático, de “valores†y “principios†(éticos, sociales, económicos y polÃticos) que no debe sobrepasarse. Además, la forma y el fondo de estas no coinciden, porque los verdaderos demócratas (los que mandan en los distintos niveles) no creen en la democracia sino como enunciado, de lo contrario no estarÃan donde están. Cuando existe el temor de que el juguete no funciona bien o, al menos, no para esa circunstancia concreta, entran en juego las fuerzas especiales del Estado, oficiales y no oficiales, secretas o abiertas, que, exactamente como en todos los demás regÃmenes, operan con medios, instrumentos y sistemas “adecuadosâ€.
En este sentido y situación, no hay diferencia entre la mejor democracia y la peor dictadura, ni entre la peor democracia y la mejor dictadura. De André cantó: no hay poderes buenos. En verdad, tampoco existen poderes malos, el poder trabaja para su propia perpetuación, lo que coincide con la organización de toda la sociedad según una visión o tipo de sociedad necesaria para esos grupos dominantes. (No uso estos términos de manera despectiva: en todo tiempo y lugar existen los dominantes y los dominados, o mejor dicho, los que deciden y los que sufren las decisiones, de lo contrario, si todos decidieran, no se tomarÃa ninguna decisión coherente y serÃa el reinado del caos.)
Claramente, el poder está atravesado por luchas no sólo externas sino también internas, luchas que son su motor interno, el que produce la sociedad.
Aquellos conflictos que, precipitándose quÃmicamente, como afirma La Grassa, dan lugar a configuraciones sociales más o menos estables, también en forma de instituciones y otros aparatos necesarios para operar en la sociedad.
En nuestro caso, observamos que las potencias occidentales están hoy desprovistas de destino, definitivamente jodidas en sà mismas, hasta el punto de que terminan deprimiendo y destruyendo lo que deberÃan en cambio fortalecer y desarrollar, dañando gravemente a clases sociales y a paÃses enteros.
Desde aquÃ, y sólo desde aquÃ, surge nuestra protesta y nuestra lucha contra ellos. Son la expresión de una decadencia que hay que detener y expulsar. La nuestra es, ante todo, una guerra justa de supervivencia y, ojalá, también de renacimiento colectivo. Antes de que sea demasiado tarde.
http://www.conflittiestrategie.it/25053-2
Traducción: Carlos X. Blanco
analisi di fase attualitÃ
PotereLenin sosteneva che la democrazia è il miglior involucro della dittatura borghese. Non si sbagliava per i suoi tempi, e non sbaglieremmo oggi nel sostenere che essa è il miglior involucro della dittatura tout court. A voler essere più precisi, le cosiddette democrazie, pur svolazzando in un cielo di verbosa superiorità , sguazzano nel fango. Spesso non viste o viste solo quando non se ne può fare a meno.
Innegabilmente, esse utilizzano strumenti collaudati per incanalare consenso e dissenso, trovando nella competizione elettorale, sempre più simile a una contesa calcistica, la loro massima espressione. Ma non si tratta solo di questo. Il sistema può contare sull’azione di numerosi corpi intermedi, aggregazioni di varia tipologia e natura, ufficialmente strutturate e non, che simulano forme partecipative e inclusive, tese a modulare e modellare ogni conflittualità sociale. Una conflittualità che, per loro, non deve mai sfociare nella violenza o nel terrore, ma assumere una forma dialogica e conciliativa degli interessi (che coincidono o non si discostano troppo dai loro, benché ammantati di condivisione e civiltà ).
Esiste un perimetro ben definito, e non per questo statico, di “valori†e “principi†(etici, sociali, economici e politici) che non deve essere oltrepassato. Peraltro, forma e sostanza di questi non coincidono, perché i veri democratici (quelli che comandano ai diversi livelli) non credono alla democrazia se non come enunciato, altrimenti non starebbero dove si trovano. Quando si teme che il giocattolo non funzioni bene o, almeno, non per quella determinata circostanza, entrano in gioco i corpi speciali dello Stato, ufficiali e non ufficiali, segreti o scoperti, che, esattamente come in tutti gli altri regimi, operano con mezzi, strumenti e sistemi “adeguati”.
In questo senso e frangente, non vi è alcuna differenza tra la migliore democrazia e la peggiore dittatura, né tra la peggiore democrazia e la migliore dittatura. De André cantava: non ci sono poteri buoni. A dire il vero, non ci sono nemmeno poteri cattivi, il potere opera per la propria perpetuazione, che coincide con l’organizzazione dell’intera società secondo una visione o del tipo di società necessaria a quei gruppi dominanti. (Non uso questi termini dispregiativamente: in ogni tempo e luogo ci sono i dominanti e i dominati, meglio dire chi decide e chi subisce le decisioni, altrimenti, se decidessero tutti, non si prenderebbe alcuna decisione coerente e sarebbe il regno del caos.)
Chiaramente, il potere è attraversato da lotte non solo esterne ma anche interne, esse sono il suo motore interiore, che produce società . Quei conflitti che, precipitando chimicamente, come afferma La Grassa, danno luogo a configurazioni sociali più o meno stabili, anche sotto forma di istituzioni e altri apparati necessari per operare in società . Nel nostro caso, osserviamo che i poteri occidentali sono ormai privi di un destino, definitivamente avvitati su se stessi, tanto da finire per deprimere e distruggere ciò che dovrebbero invece fortificare e sviluppare, danneggiando in modo grave classi sociali e interi Paesi.
Da qui, e solo da qui, nasce la nostra contestazione e la nostra battaglia contro di loro. Sono l’espressione di una decadenza da fermare e scacciare. La nostra è innanzitutto una giusta guerra di sopravvivenza e, si spera, anche di rinascita collettiva. Prima che sia troppo tardi.